“Gelos es risa en griego: γελως; proviene del verbo γελαω, que es reír, y según el Diccionario etimológico comparte raíz con sustantivos fulgurantes como brillo y centella. De aquí emanan los términos aún corrientes de agelasta —el que no ríe nunca— y uno particularmente popular: geloterapia, curación por medio de la risa.”
Guillermo Espinosa Estrada
A la historia de la risa le falta su primera piedra. Nos quedan breves noticias de un pedestal; el testimonio de un hueco que, en su omisión, revela los vestigios de algo indescifrable. Entre un caos de ruinas apenas visibles intenta desentrañar esa incógnita, y emprende una expedición en busca de Gelos, el dios espartano de la risa. En el trayecto, el narrador evoca otras pesquisas: las que dieron sentido, esperanza y consuelo a cuatro filólogos alemanes –Ernst Robert Curtius, Wilhelm Jaeger, Erich Auerbach y Walter Benjamin–; así como recuerdos de infancia que, una vez más, relatan una historia cien veces repetida: el hallazgo de la amistad y la literatura. En este ensayo, tejido con narraciones, imágenes y citas, el autor reconstruye un pequeño templo en espera de lo sagrado.
Guillermo Espinosa Estrada (Puebla, 1978) y vive actualmente en la Ciudad de México. Es autor de La sonrisa de la desilusión (Tumbona Ediciones, 2011) y administra la biblioteca digital Bibliotheca Scriptorum Comicorum.
Tenemos, así, en Entre un caos de ruinas apenas visibles una plausible averiguación sobre la Antigüedad clásica, un homenaje (bien ilustrado con la Bacanal, de Tiziano, y con viñetas de Verónica Gerber) a los sabios del siglo XX y una mininovela de iniciación, con lo cual Espinosa Estrada se presenta como un ensayista que domina las querencias y las manías de nuestra época.
Christopher Domínguez Michael